viernes, 30 de septiembre de 2011

Tres guías para llevar a cabo la tarea de observar, analizar, recuperar la práctica e identificar sus características

Guía para observar y analizar una sesión de clase
1. Recordar y registrar la secuencia de actividades de la clase.
2. Con base en la secuencia anterior analizar:
*los alumnos se interesaron (preguntaron, trabajaron, discutieron, profundizaron…) cuando:
*los alumnos se distrajeron (protestaron, desordenaron, desobedecieron…) cuando:
3. ¿Obtienes alguna conclusión del análisis anterior?
4. ¿Cuál era la idea (ideas) que más te interesaba que comprendieran los alumnos?; ¿crees que lo lograron: todos; la mayoría, o sólo algunos?; ¿tendrás que repetir la lección (el tema)?
5. Con base en la respuesta a la pregunta anterior, pasa a la 5.1 o a la 5.2 según sea el caso.
5.1. Si es el caso, ¿en qué te das cuenta de que los alumnos lograron comprender la idea (ideas) que te interesaba transmitir?
5.2 Si es el caso, ¿cómo vas a “dar” otra vez la lección?
6. Con los elementos de 4 y 5, ¿en qué se enriquece la conclusión del punto 3?
En tercer lugar anotamos una guía de análisis útil cuando tenemos ya un conjunto amplio de registros, resultado de una observación continuada d las prácticas docentes. Por ejemplo, 40 horas de observación.
Guía de recuperación de la práctica:
1. ¿Cuáles son las ideas (temas, aprendizajes) que me ha interesado que asimilen los alumnos?
2. ¿Cómo es mi rutina de trabajo en una clase típica?, ¿hice cambios en esta rutina en algunas lecciones?, ¿por qué razón?, ¿fueron permanentes u ocasionales?
3. En este semestre, ¿cuáles actividades y actitudes mías facilitaron el aprendizaje de los alumnos?
4. ¿Y cuáles actividades y actitudes del alumno fueron positivas para su aprendizaje? ¿Cómo se lo hice notar?
5. ¿Considero que un alumno ha aprendido cuando? (proponer conductas observables)
6. Las pruebas que utilicé para la evaluación de los alumnos son:
7. En el intercambio cotidiano con los alumnos, ¿utilicé preguntas?
7.1. Si sí las utilicé, ¿para qué, principalmente?
*verificar si estaban escuchándome
*verificar si dominan la materia y/o los antecedentes
* verificar si habían realizado tareas, lecturas, etc.
* motivar la creatividad, el pensamiento propio
* identificar cómo llegaron a sus propias aseveraciones
* (Califica con porcentajes los diversos usos revelados en las respuestas)
7.2 Si no las utilicé, ¿por qué?
8. ¿Qué hice cuando los alumnos me preguntaban? ¿Dependía del tipo de pregunta?
En cuarto lugar proponemos una guía mínima para trabajar con las prácticas, después de sucedidas con base en la evocación inicial de las actividades docentes y luego por comparación con actividades de una práctica de otros, reconocer las propias prácticas. Esta guía supone un trabajo de grupo, a fin de discutir las diversas observaciones y análisis y significar en común.
Guía para identificar características de la propia práctica docente:
1. Objetivo:
Los participantes trabajarán en la evocación de su práctica docente para identificar algunas de sus principales características.
2. Actividad:
a. Observación de material videograbado de ciertas prácticas docentes.
b. Identificar en lo observado “las acciones del docente”. Puede ayudar la pregunta: ¿cómo se presentan y trabajan los contenidos?
c. Comparar lo que hace el docente con las acciones de la propia práctica docente.
d. Recuperar de esa comparación, algunas de las acciones de la propia práctica que se quieran modificar o enriquecer.
Es importante resistir la tentación de evaluar lo observado. Se presenta con la finalidad de ayudar a evocar las actividades de la práctica docente de los observadores.
3. Producto esperado:
Los participantes habrán identificado algunas características de su quehacer susceptibles de modificación o enriquecimiento. A partir de esa identificación se puede pasar al diseño de estrategias de modificación.
La observación y el análisis que facilitan guías del tipo anterior son material para el siguiente paso en el estudio de la práctica: la sistematización.

Bazdresch Parada, M. (2000). Vivir la Educación. Transformar la práctica. Ed. SEP. Guadalajara.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

DENTIFICAR LA PRÁCTICA: ¿QUÉ HAGO, CÓMO LO HAGO Y QUÉ PRODUCE?

Una vez tomada la decisión de escudriñar la práctica con el proceso de acercarse sistemáticamente a ella, identificar la práctica es la primera etapa en el proceso complejo de revisar si las acciones se constituyen como educativas o no. El propósito de la identificación es recuperar el propio pensamiento y la concepción que lo acompaña en sus prácticas. Si el proceso es exitoso se conseguirá resignificar la práctica, y con ese conocimiento tendremos bases para desarrollar una metodología innovadora de la práctica educativa.
Para recuperar el propio pensamiento hemos de transitar por un proceso dual de acercamiento-distanciamineto de las acciones que realizamos. La práctica no es transparente a la mirada de los sujetos.Por eso, ponernos en contacto con nuiestra propia acción implica diversos procesos específicos.
Algunos de los procesos mediante los cuales vamos identificando en el tiempo los aspectos constitutivos de nuestra acción intencional objetiva, son los siguientes.

1. Describir lo que hacemos. Enunciar tal como nos aprarece a la conciencia inmediata las acciones de nuestro quehacer.

2. Analizar la descripción.Este proceso nos ha de llevar a tres disticiones que se operan al tiempo del análisis: distinguir descripciones; distinguir hipótesis de argumentos y distinguir evidencias de suposiciones.

3. Identificar las mediaciones. Describir y analizar va a permitir darnos cuenta, mediante la reflexión de cómo hicimos esos procesos, es decir, de que hablamos de las acciones siempre a través de una mediación. Para ello es necesario distanciarme de mi práctica para mediarla.

4. Al identificar y distinguir la mediación se puede trabajar en el proceso de distinguir las acciones intencionales objetivas del discurso con el cual nos referimos a esas mismas acciones acerca de la práctica.

5. Reconocer en la práctica la intención y los supuestos. En la medida en que se profundiza en las acciones caenmos en la cuenta de cómo hacemos acciones tanto intencionales como causadas. Con esta conciencia podemos distinguir actividades de intenciones, y sobre todo reconocer cuáles son los supuestos inconscientes con los cuales actuamos de manera cotidiana.

6. Reconocer los elementos que la componen. Con base en lo anterior podemos intentar, ahora sí, un proceso de identificación y reconocimiento de los elementos que concurren en la práctica; desagregarlos, compararlos, reconocer su índole y por lo tanto decubrir los constitutivos de la práctica, es decir, aquello que hace que esa práctica sea precisamente ésa y no otra.

7. Distinguir constitutivos de la acción intencional de las acciuones que son contingentes o acompañantes, facilita al educador distinguir el hecho educativo de las formalidades que lo rodean, las cuales son las más visibles y las menos educativas propiamente.

8. La distinción de las acciones educativas de las formalidades que acompañan llerva casi naturalemente a descubrir y valorar la importancia, para conseguir hechos educativos, de aquellas acciones que efectivamente sean congruentes con las intenciones.

9. Por último, en esta enunciación conviene citar dos procesos más:

Distinguir la comunicabilidad de la educabilidad. Se trata de no confundir la dificultad de comunicar la experiencia educativa y sus componentes con la educabilidad del ser humano. No todo es educable en un ser humano: hay límites definitivos. Ahí no puede  llegar ningún educador y con dificultad llegará la persona misma. Pero hay otras áreas sí educables cuyas experiencias tienen comunicabilidad muy limitada; por ejemplo la educación en el área de la ética personal.

Recuperar la historia personal-social, pues identificar la práctica será más accesible cuando se recupera la biografía personal, la historia de las decisiones que nos llevaron a ese mundo y a esas prácticas. Reconcoer nuestro itinerario nos explica muchas de las acciones que practicamos.

Mediante estos nueve procesos se consigue material para contestar las preguntas: qué hago, cólo lo hago y qué produce lo actuado. Estos procesos personales descritos arriba de manera sucinta, suceden al tiempo del acercamiento intencional a descubrir los constitutivos de práctica desde las acciones mismas.

Ahora, ¿cómo se desarrollan en concreto? ¿Cómo se hace la identificación? Se utiliza la observación y el análisis de las acciones. La observación en tanto práctica científica tienen larga y fecunda historia en las ciencias sociales, especialmente en la antropología y la etnografía. Por eso, conviene la lectura y el estudio de las propuestas de quienes las han elaborado con profundidad y detalle. Le Compte, Postic y otros han escrito sus reflexiones y propuestas acerca de la observación, especialmente para los ámbitos educacionales.

 Tomado de: Miguel Bazdresch Parada, en "Vivir la educación, transformar la práctica".

lunes, 26 de septiembre de 2011

Bibliografía recomendada

Maestría en Educación con Intervención en la Práctica Educativa
Primer semestre                             Línea metodológica
Bibliografía recomendada
Álvarez-Gayou Jurgens, J. L. (2002). Cómo hacer investigación cualitativa. Fundamentos y metodología. Ed. Paidós. (1ª ed.).México.
Bazdresch Parada, M. (2000). Vivir la Educación. Transformar la práctica. Ed. SEP. Guadalajara.
Bazdresch Parada, M. (2006). La intervención de la práctica educativa. En La significación de la práctica educativa. Perales Ponce, R. C. (Coord.). Ed. Paidós, (1ª. ed.). México.
Campechano Covarrubias, J. (2006). Elementos para interpretar los significados de las acciones en las prácticas educativas. En, La significación de la práctica educativa. Perales Ponce, R. C. (Coord.). Ed. Paidós, (1ª. ed.). México.
Carr, W. (1996). Una teoría para la educación. Hacia una investigación educativa crítica. Ed. Morata. Madrid.
Hidalgo, Guzmán, J. L. (1997) Investigación educativa. Una estrategia constructivista. Ed. Castellanos, (3ª. reimpresión).México.
Disponible: Junio 13, 2007: http://educacion.jalisco.gob.mx Millán Vega, F. R. Los métodos cualitativos en la investigación educativa. Revista La tarea. [En línea]. Disponible: Febrero 22, 2007: http://www.latarea.com.mx.
Pérez Reynoso, A. La intervención didáctica como alternativa para transformar la práctica. Revista Educar. [En línea]. Disponible: Marzo 6, 2007: http://www.educación.jalisco.gob.mx.
Ponce Grima, V. M, Lira López, L., Torres Ruiz, M. A y Cázares Tamayo, M. R (2007). Revista Educar. Conocer y transformar la práctica educativa. Ed. Secretaría de Educación Jalisco. Guadalajara.
.
Reynaga Obregón, S. (1998). Perspectivas cualitativas de investigación en el ámbito educativo. La etnografía y la historia de vida. En, Tras las vetas de la investigación cualitativa. Perspectivas y acercamiento desde la práctica. Mejía Arauz, R. y Antonio Sandoval, S. (Coords.). Ed. ITESO. Guadalajara.
Rodríguez Gómez, G; Gil Flores, J; y García Jiménez, E. (1999). Metodología de la investigación cualitativa. Ed. Aljibe, (2ª. ed.). Málaga.
Sánchez Puentes, R. (1993). Didáctica de la problematización en el campo científico de la educación. Perfiles educativos. Ed. Universidad Nacional Autónoma de México. México.
Sandín Esteban, M. P. 2000 Investigación cualitativa en educación. Fundamentos y tradiciones. Ed. Mc. Graw Hill, (1ª ed.). Barcelona.
Scaffo, S. Aportes de la etnografía educativa para la investigación de las prácticas de aula. Revista Inspecciones nacionales. [En línea]. Disponible: Mayo 2000: http://cep.edu.uy/InformaciónInstitucional/ InspecNacionales/Práctica/ Revista3/Etnografia.htm-28-
Valles, M. (1997). Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Ed. Síntesis. Barcelona.
Woods, Peter. (1987). La escuela por dentro. La etnografía en la Investigación educativa. Ed. Paidós/MEC. Barcelona.